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Volver al principio

Escrito por  Roberto G. Corona
Volver al principio

Quizá sea el tiempo, no sé, pero estos días me apetece quedarme tranquilo en casa, tomando un vino con algún amigo. Los días de ajetreo, de desenfreno juvenil han pasado. Ahora me encuentro a gusto con los míos, rodeado de amigos.

En estos días de tranquilidad me encuentro con amigos que hace tiempo que no veía y el reencuentro siempre es grato. También me ha pasado en el vino.

Llevo un tiempo viajando por regiones lejanas, conociendo nuevas sensaciones y dejándome llevar por propuestas más modernas, quizás un tiempo perdido, o quizás estoy perdiendo el tiempo, no sé.

Ahora me apetece volver a casa, a lo mío. Y para este retorno, nada mejor que los vinos clásicos de Rioja. De Haro partí hace años para recorrer el mundo sensorial, y a Laguardia o Páganos vuelvo para descansar de tanto tanino, alcohol y potencia. La Rioja me recibe franca, sin doblez, fresca y suave en la boca, elegante y discreta, floral y con nervio.

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Después de tanto cuerpo, de un viaje a latitudes calientes y aromas primarios, vuelvo al desván en la copa, a los aromas terciarios, a las pimientas, a la vainilla en rama, y al cuero en el aire.

Que bueno saber que uno, siempre puede volver a casa, cuando algo se pone feo.



 

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