La recuperación de hectárea y media de viñedo prácticamente abandonado dio paso al primer vino de Bentomiz en 2004, un blanco naturalmente dulce casi de garaje, aunque en la actualidad han crecido hasta producir cerca de 50.000 botellas de unos vinos de los que se sienten orgullosos, y que se elaboran en una coqueta bodegas con paredes recubiertas de pizarra a modo de homenaje a los suelos de la zona.
La bodega también se ha diversificado, tanto en los vinos que completan su catálogo, como en el tipo de actividades que se organizan como forma de generar lo que llaman «una expererienca enológica completa». Ahí se encuentran las visitas y las catas, pero también los almuerzos gourmet, los conciertos de verano, los eventos y, por supuesto, el restaurante en colaboración con el chef Juan Quintanilla (restaurante Sollun de Nerja).
Aquí Clara Verheij, enóloga autodidacta, gracias a viñas de entre 80 y 100 años de edad, a las condiciones naturales ideales para su crecimiento, a los suelos pizarrosos, y a las brisas marinas salinas y refrescantes produce la variedad de vinos Ariyanas —palabra árabe que significa aromático y que procede de una aldea morisca ubicada junto a los viñedos—.
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En este terruño, gracias a las variedades como Moscatel de Alejandría o Romé, uva tinta autóctona de la región de Axarquía, y también a técnicas propias de vinificación, se elaboran una amplia una gama de vinos frescos y salinos que comienzan con un original rosado de Romé a un blanco seco y muy perfumado que se cría sobre lías finas, pasando por el dulzor concentrado de la miel del Ariyanas Terruño Pizarroso que procede de las viñas más viejas y se cría en barrica.
Además, la moscatel de Alejandría, variedad estrella de la región, aporta a los vinos notas florales y frutales con su característico final mineral. Los vinos dulcen tienen la característica de asoleo —práctica tradicional de sobremaduración mediante exposición directa de la uva al sol una vez cortada—, que no se realiza en las típicas paseras inclinadas sobre el terreno, sino en rejas flotantes que permiten una mayor aireación de los racimos. Esta deshidratación parcial de las bayas da lugar a un mosto con una mayor concentración de azúcares.
El catálogo también incluye un tinto seco con base de tempranillo más romé, petit verdot, y cabernet franc, y el original Ariyanas David Tinto Dulce a base de Merlot asoleado durante unos pocos días, que conserva una buena acidez y un dulzor muy moderado.
Además, Bentomiz de la mano de Clara Verheij está inmerso en la elaboración de Pixel, un vino afrutado y fresco, nacido de la combinación de las uvas Pedro Ximenez provienen de viñedos en suelos de albariza, de la zona de Moriles Altos (Córdoba), y la Moscatel de Alejandría de los viñedos de suelos de pizarra de la Axarquía malagueña. Una característica es que se cría con sus lías durante 4 meses.
Otras característica de la bodega es que su vinos se comercializan con tapón de vidrio, resultado de la experiencia de la pareja, para evitar infecciones por TCA que puedan arruinar el trabajo hecho en la viña y la bodega.
Con Clara Verheij charlamos de la historia de la bodega, de sus vinos, de sus particulares vinificaciones y de los nuevos proyectos en colaboración con otras bodegas para completar la gama de unos vinos elegantes y frescos pensados para disfrutar y maridar con los distintos platos del restaurante.
Javier G. Paradelo
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