En un homenaje a las mujeres de la saga familiar, Sergi Castro ha destacado el importante papel que han tenido ellas en la historia de esta familia de viticultores del Penedès, recordando a Doña Josefa Carbó, segunda generación, quien se mantuvo al frente del negocio cuando enviudó hasta que su hijo Miguel terminó los estudios; y a Doña Margarita Riera, quien se implicó de lleno en el negocio, colaborando intensamente con su esposo Miguel Torres Carbó y superando juntos las adversidades como el bombardeo de la bodega durante la guerra civil.
Marimar Torres es la representante femenina de la cuarta generación, hermana del actual presidente Miguel A. Torres cuya esposa, Waltraud Maczassek, se ocupó personalmente de las exportaciones a Alemania, su país natal, durante 25 años.
Marimar Torres plantó las primeras cepas de chardonnay y pinot noir en 1986 en un viñedo que bautizó con el nombre de Don Miguel en honor a su padre, al que más tarde se sumaría el viñedo Doña Margarita, en honor a su madre, situadas en las denominaciones de Russian River Valley y Sonoma Coast respectivamente bajo la influencia de Océano Pacífico. En 1992, construyó su bodega inspirada en una típica masía catalana.
Fiel al legado de la familia, Marimar Torres plantó la viña al estilo europeo, trabajando con el máximo respeto hacia el medio ambiente. La viticultura ecológica, el uso de las energías renovables —la bodega es 100% solar—, el reciclaje del agua, la protección de la flora y fauna local y otras actuaciones le han permitido obtener en 2017 el certificado de sostenibilidad que otorga la California Sustainable Winegrowing Alliance y que concibe toda la propiedad como un ecosistema.
Los vinos de Marimar Estate proceden exclusivamente de sus viñedos y son una expresión auténtica del terroir. Según Sergi Castro: «Marimar tiene una manera de trabajar los vinos muy europea; no hay duda de que sus vinos son muy de terroir, pero al mismo tiempo uno percibe su toque personal». «Son vinos elegantes, finos y de corte muy clásico, elaborados con suma delicadeza y haciendo de la sostenibilidad su razón de ser», ha sentenciado el sommelier de Familia Torres.
Chardonnay, pinot noir y albariño
La cata ha abordado los seis principales vinos de Marimar Estate, empezando con el Albariño 2016, una variedad que se ha adaptado muy bien al viñedo Don Miguel desde 2010, después de constatar que no prosperaba en el otro viñedo, el de Sonoma Coast, porque hacía demasiado frío incluso para esta variedad. Es un vino alegre, muy aromático y con una acidez vibrante y persistente.
Los vinos de chardonnay de Marimar Estate son un ejemplo de clasicismo. «Son vinos de perfil muy borgoñón, comparables a los grandes chardonnays europeos», ha comentado Sergi Castro al catar La Masía 2015. Es un vino exuberante y cremoso, que ha envejecido durante nueve meses sobre sus lías tras completar la fermentación maloláctica. Acero Chardonnay 2016, en cambio, es un vino que no ha estado en contacto con el roble, fermenta en acero inoxidable, donde también realiza la fermentación maloláctica, dando lugar a un vino fresco y de tacto sedoso.
Los tres vinos de pinot noir son, según Sergi Castro, «tres expresiones muy distintas de la variedad borgoñesa, pero que recogen la esencia de la bodega de Marimar». La Masia 2014 y Cristina 2014 proceden del viñedo Don Miguel, menos frío que el viñedo Doña Margarita, donde nace Mas Cavalls 2013. Son vinos muy aromáticos, limpios, de gran elegancia y personalidad.
© Javier G. Paradelo
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