Ese mismo aire que ventila las viñas viejas de Tempranillo que inundan su paisaje, bajo el azul del cielo infinito castellano.
Cepas que nacen en terrenos pobres, arcillosos, calcáreos y arenosos, como las que nutren de vino a uno de los nuevos sueños nacidos en la Ribera del Duero: 8000 de Marqués de Burgos. Un proyecto de Bodegas LAN, la afamada bodega riojana que decidió hace unos años apostar por elaborar vinos en la vecina provincia de Burgos y para ello encontró unos viejos viñedos ideales para trabajar con ellos, mirando hacia lo más alto de la denominación.
Hemos paseado por Quintana del Pidio junto a María Barúa, enóloga de Marqués de Burgos, conociendo mejor el proyecto y las cualidades de esas minúsculas parcelas.
Cepas viejas, muy viejas, terrenos pobres, clima extremo, casi 900 metros de altitud, selección de uva, viticultura responsable con el entorno, vinificaciones respetuosas con la identidad de la fruta, selección de barricas, calma y quietud en la crianza. Todo ello han dado como fruto un vino maduro, con peso, carnoso y fresco, largo y persistente.
Un paseo entre 8000 cepas que nos redescubre la Ribera del Duero y nos habla de los vinos de una de nuestras grandes Denominaciones de Origen.
© Roberto G. Corona
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